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Tabla de contenidos: ¿Quíen invento la desbrozadora?
La desbrozadora no fue un invento inicial fue como reza la siguiente frase de Andreas Stihl fue más bien un camino consecuente:
"El camino consecuente, llevar la motosierra al árbol".
A comienzos de los años 20 los árboles se talaban todavía de forma muy laboriosa, con hacha o sierra, para luego transportarlos a los aserraderos. Era allí donde las máquinas comenzaban su trabajo.
La desbrozadora es un invento de principios del siglo XX, por Andreas Stihl, en 1926, como un invento alternativo a otras máquinas predecesoras en lo referente al motor. Pero no fue sino George C. Ballas, el inventor de la “Weed Eater” o lo que conocemos con versión más actual de desbrozadora de hilo de nylon. Te explicamos con más detalle a continuación su historia completa.
El origen de lo que ho conocemos como maquinaria agrícola surge en Inglaterra, poco después de la revolución industrial. Aunque esta mecanización pasó por varias fases. Primero el hombre pasó a trabajar por si sólo a hacerlo con animales, después con herramientas de madera y de ahí a aperos de hierro. Y finalmente, en el siglo XIX se incorporan la maquinaria.
En 1926, Andreas Stihl, tuvo una idea genial: crear una motosierra ligera que pudiera manejar una sola persona y que facilitara el duro trabajo diario de los trabajadores forestales en todo el mundo. Con una gran visión de futuro, el que hoy es considerado "padre de la motosierra", hizo realidad su idea y escribió un capítulo nuevo en la historia de la tala de árboles.
Nacido en Zurich en 1896, Andreas Stihl fundó una empresa que se dedicó en los primeros tiempos a los accesorios para calderas de vapor. Con ellos consiguió los fondos necesarios para poder afrontar la construcción de motosierras. Poco tiempo después irrumpe en el mercado la primera motosierra eléctrica, novedad mundial y punto de partida de toda una revolución en el sector.
Tan sólo tres años después de su fundación, en 1929, A. STIHL presenta su primera motosierra con motor de gasolina. Para su uso, seguían siendo necesarias dos personas y aún distaba mucho del peso ligero, 46 kilos pesaba este modelo, que Andreas Stihl quería para sus máquinas. Aunque pesada, su motor de 6 caballos de potencia convenció a los profesionales y se convirtió en un éxito de ventas.
Andreas Stihl viaja entonces, en los años 30, a Rusia, Estados Unidos y Canadá, y continúa desarrollando una motosierra con motor de gasolina que pueda manejar una sola persona. Tuvo que esperar a los años 50 para ver materializada su idea con la salida al mercado de la legendaria STIHL Contra, que revolucionó el trabajo diario en el bosque y en la economía forestal de todo el mundo.
La motosierra STIHL Contra supuso una auténtica revolución en el mercado y la implantación de STIHL en Estados Unidos donde se conoció como "Lightning" (Rayo) y se disparó la demanda. En 1965 STIHL produce anualmente 130.000 motosierras que se venden en más de 100 países, convirtiéndose en el tercer fabricante mundial de estas máquinas.
En 1971, doce años después de la introducción de la motosierra STIHL Contra, las motosierras STIHL lideran el mercado y la marca se consolida como sinónimo de calidad, innovación y servicio ejemplar.
Una de las primeras motoguadañas, así llamabamos a las desbrozadoras que tienen una construcción ligera. Para usuarios hobby es el modelo FS 80. Se puede equipar con distintas herramientas de corte y, por tanto, adaptarse a la necesidad de cada trabajo
Andreas Stihl, padre de la motosierra, logró cumplir su sueño de hacer el trabajo forestal más cómodo y rentable. Falleció en 1973. Los trabajadores forestales de todo el mundo agradecen su incansable esfuerzo y su ingenio para dignificar una profesión dura.
George C. Ballas, conocido como el hombre que cambió la forma de cortar la hierba era empresario, padre y emprendedor norteamericano. Más conocido por ser el inventor de la “Weed Eater” (el comedor de hierba), también conocido como "El rey de la maleza", la comúnmente llamada “desbrozadora” o “motoguadaña” de hilo, la famosa máquina de jardinería para cortar las malas hierbas a ras de suelo.
La idea se le ocurrió en 1971 en un túnel de lavado de coches, cuando se fijó en los rodillos de limpieza girando. Se hizo millonario en 5 años. También quedará su espíritu emprendedor con el que impregnó cada una de las más de 100 empresas que fundó durante su vida, una vida en la que no paró de bailar nunca.
George C. Ballas tuvo la idea de la Weed Eater después de ver como a un jardinero que había contratado le picaba una serpiente en la mano por cortar un trozo de césped complicado usando unas tijeras de podar.
Un día, mientras estaba sentado en un túnel de lavado de automóviles, según esperaba, se preguntó si la idea de hacer girar unas cerdas, como los rodillos de limpieza del lavado para coches, se podrían aplicar al corte de la hierba, ya que la gran rotación de estas cerdas de alguna manera llegaba a las esquinas pero no rayaba el acabado de los automóviles.
Experimentó con un primer prototipo (Patente # D249,630, 1976) hecho con nailon de pescar que asomaba a través de los agujeros en una lata de maíz, que a su vez estaba conectada al rotor de una bordeadora de césped mecánica; y encontró que los cables giraban con facilidad y cercenaban la fresca hierba con una efectividad impresionante.
Usando una lata con hilo de pescar y un cortabordes, probó su idea, que funcionó. Después de algunas mejoras, lo comparó con varios fabricantes de herramientas, quienes rechazaron completamente su invención como una pérdida de tiempo.
Luego pasó a desarrollar la herramienta de jardín él mismo fundando su compañía Weed Eater en Houston en 1971. El primer año, las ventas superaron el medio millón de dólares y las ventas florecieron durante el lustro siguiente. Su éxito fue tal que vendía más de 40 millones de dólares en desbrozadoras al año.
En 1976 vendió su invento a Emerson Electric. Como parte de su acuerdo con Emerson, a Ballas no se le permitió revelar cuánto se le pagó, ni siquiera a su familia. En 1977 la empresa facturaba 80 millones de dólares
Pero George Ballas, que nació en Ruston (Louisiana) de un padre inmigrante griego, será recordado por algo más que por ser “El Rey de la maleza” como le conocían cariñosamente en los años 70. También quedará su espíritu de bailarín con el que impregnó cada una de las empresas que fundó (más de 100 hasta el final de sus días) para comercializar distintos inventos, desde una mesa de camping plegable hasta uno de los primeros teléfonos móviles de la historia.
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